lunes, 16 de diciembre de 2019

(40I) El Imperio Bizantino:Parte IX de X

Arquitectura Bizantina

La arquitectura bizantina es heredera de la arquitectura romana y la arquitectura paleocristiana. Es una arquitectura esencialmente religiosa, aunque no faltaron los edificios civiles de importancia. Muestra una marcada predilección por el ladrillo como material de construcción (aunque disimulado por lajas de piedra en el exterior y por suntuosos mosaicos en el interior). Aunque utiliza la columna (destaca la sustitución del ábaco por el cimacio), su innovación más característica es el uso sistemático de la cubierta abovedada. Los tipos de bóveda más utilizados son la de cañón y la de arista, pero destaca sobre todo la cúpula, con su característica base sobre pechinas (aunque también se empleó ocasionalmente la cúpula sobre trompas). En cuanto a la planta, la más frecuente en los templos es la de cruz griega, con una cúpula en la intersección de las naves. Es frecuente que los templos, además del cuerpo de nave principal, posean un atrio o narthex, de origen paleocristiano, y el presbiterio precedido de iconostasio, llamada así porque sobre este cerramiento calado se colocaban los iconos pintados.


En la historia del arte y la arquitectura bizantinos suelen distinguirse tres períodos o «Edades de Oro». La Primera Edad de Oro tiene su momento más representativo en la época de Justiniano, y sus edificios más destacados son la iglesia de los Santos Sergio y Baco, la de Santa Irene y, sobre todo, la de Santa Sofía, todas ellas en Constantinopla.

La Segunda Edad de Oro coincide con el renacimiento macedónico (siglos IX, X y XI). Sigue siendo la iglesia de planta central cubierta con cúpula el modelo fundamental. Son frecuentes las iglesias de planta de cruz griega inscrita en un cuadrado, con los brazos de la cruz cubiertos con bóvedas de cañón, y cinco cúpulas, una en el centro y otras cuatro en los ángulos. El prototipo era la Nueva Iglesia (Nea) construida por Basilio I, hoy desaparecida. Algunas iglesias destacadas son la iglesia de los Santos Apóstoles en Constantinopla, Santa Catalina de Salónica, la catedral de Atenas y la basílica de San Marcos de Venecia.
La Tercera Edad de Oro comienza tras la recuperación de Constantinopla en 1261. Es una época de difusión de las formas bizantinas, tanto hacia el Norte (Rusia) como hacia Occidente. Las novedades de este período son más bien decorativas que estructurales. Destacan iglesias como Santa María Pammakaristos en Constantinopla, las iglesias del monte Athos o el conjunto de iglesias de Mistra, en el Peloponeso.

Escultura

El estilo bizantino quedó definido a partir del siglo VI. Anteriormente dominaba el estilo romano tardío, aún en la misma Constantinopla, según lo evidencian diversas estatuas erigidas por toda la ciudad. No obstante, otros monumentos de la época iniciaban ya el gusto bizantino, como Disco de Teodosio de Madrid que ostenta en bajorrelieve las figuras del emperador y su corte (393).
El estilo bizantino en escultura debe considerarse como una derivación del romano, bajo la influencia asiática. Le caracterizan, en general, cierto amaneramiento, uniformidad y rigidez o falta de naturalidad en las figuras junto con la gravedad la cual suele consistir en esmaltes, en imitaciones de piedras y sartas de perlas, en trazos geométricos y en follaje estilizado o desprovisto de naturalidad.

Cultivó el arte bizantino muy poco el bulto redondo pero abundó en relieves sobre marfil, plata y bronce y no abandonó del todo el uso de camafeos y entalles en piedras finas. En los relieves, como en las pinturas y mosaicos se presentan las figuras mirando de frente.
Mosaicos

De la cultura romana Bizancio heredó la decoración mediante mosaicos que llegaron a su máximo esplendor con este imperio. Los mosaicos eran figuras formadas por pequeños trozos de piedra o vidrio coloreado (llamadas también teselas). Seguían estrictas normas para ilustrar pasajes de la vida de los emperadores y escenas religiosas. Estas últimas cubrían las murallas y cielos rasos de las iglesias.

De esa habilidad alcanzada con respecto a los mosaicos resurge el interés de los vidrieros de Bizancio por la imitación de las piedras preciosas, con lo que llegaron a alcanzar una habilidad tan grande que resultaba bastante difícil poder distinguirlas de las auténticas.
Pintura   

Son particularmente destacables los retablos de temática religiosa conocidos como iconos.

Música    

La música bizantina, de carácter normalmente religioso, estaba fuertemente emparentada con el canto gregoriano.


Fin de la Novena Parte (9 de 10)
Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf
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