domingo, 1 de diciembre de 2019

(19) 27 Filósofos

(*) Las imágenes no se corresponden necesariamente con cada filósofo en concreto

Durante los tres primeros siglos del Segundo Milenio la corriente filosófica predominante fue el neoplatonismo, que como hemos visto con Plotino hablaba del alma, de la inmortalidad, la reencarnación y de “el Uno“, el ser supremo del que emanan todas las cosas y la inteligencia. Es sin duda una buena base filosófica sobre la que construir el cristianismo. Los cristianos habían sido perseguidos en el Imperio Romano desde el siglo I (entre los años 64 y 68 d.C. el Emperador Nerón realizó importantes persecuciones). Hay que comprender que en esa época los cristianos eran grupúsculos de personas que se reunían para adorar a una serie de santos y seguir a un tal Jesucristo, que había muerto hacía tan sólo unas décadas (en el año 33 d.C.). Funcionaban como una secta. Ese cristianismo oculto y perseguido nos ha quedado a través de la pintura prerrománica, que repasamos en el primer capítulo de Historia de la Pintura.

En el año 313 los cristianos pudieron salir de las catacumbas y de sus escondites y practicar su religión sin miedo, pues el Emperador Constantino I proclamó la libertad religiosa en el Imperio. Desde esa histórica fecha, el cristianismo no hizo sino crecer. Se convirtió en una doctrina atractiva para la gente y ganó rápidamente muchos adeptos, también entre las clases gobernantes. En el año 529 se ordena el cierre de la Academia fundada ochocientos años antes por Platón, por ser un centro de difusión del paganismo. El edicto de ese año promovido por Justiniano prohibía además la enseñanza de la filosofía griega. Durante los primeros mil años de cristianismo no encontramos tantos filósofos como en la Antigüedad, de hecho hay un vacío entre San Agustín y San Anselmo de 600 años en el que no hay avances en filosofía ni filósofos destacados. Fueron largos años de oscuridad durante la Alta Edad Media en los que los monjes, en sus monasterios, trataban de integrar la antigua filosofía griega con la doctrina cristiana. La escolástica fue la orientación filosófica que predominó, sin pretender dar respuesta a preguntas como “¿Existe Dios?” o “¿tiene el hombre un alma inmortal?”, sino buscando explicaciones que justificaran el creer en Dios y en el alma inmortal.

1- San Agustín (354-430)

El primer gran filósofo cristiano es San Agustín, aunque durante su vida el Imperio Romano de Occidente siguió existiendo (a duras penas: caería en el año 476). En su filosofía San Agustín nunca puso en cuestionamiento la existencia de Dios, pero sí reflexionó sobre cómo era posible que, siendo Dios un ser bueno y todopoderoso, hubiera podido crear un mundo en el que estuviera presente el mal. El mal fue el tema sobre el que filosofó San Agustín, y lo hizo siguiendo el pensamiento de Platón (el neoplatonismo era la única corriente filosófica vigente en esa época). La clave de la existencia del mal en un mundo creado por un Ser bueno era el libre albedrío de las personas. Dios había creado seres humanos racionales, con capacidad para decidir su propia conducta. Era por ello que algunos individuos actuaban con maldad. No por culpa de Dios, sino por voluntad propia. Es interesante la reflexión que hace San Agustín de que, en un mundo sin mal, los seres racionales no seríamos libres de decidir nuestras conductas. Mientras los no creyentes pueden encontrar en el mal una prueba de la inexistencia de Dios, San Agustín lo utiliza como una explicación para demostrar justamente lo contrario.

2- Anselmo de Canterbury (1033-1109)

Tuvieron que pasar nada más y nada menos que seiscientos años para que el cristianismo diera otro gran filósofo. Anselmo de Canterbury (canonizado como San Anselmo en el año 1494) se empeñó en demostrar la existencia de Dios de manera argumentada. Planteó una ingeniosa manera de conseguirlo. Sólo hace falta aceptar dos premisas (fácilmente aceptables): que Dios, de existir, es un ser superior a todos los demás, que no hay nada más grande; la otra premisa es que la existencia es superior a la no existencia, es decir, aquello que existe es más importante que lo que no existe. Con estas dos ideas se plantea el argumento ontológico de San Anselmo.

El argumento fue aceptado por destacados filósofos como Descartes o Spinoza, pero también hubo quienes lo encontraron absurdo, como Santo Tomás de Aquino o Immanuel Kant. Fue de hecho Kant quien, en 1781, bautizó este planteamiento de San Anselmo como “Argumento ontológico”. Además, Anselmo de Canterbury es considerado el padre de la escolástica.

3- Averroes (1126-1198)

Mientras los monjes cristianos seguían la obra de Platón, el juez musulmán Averroes se interesó por Aristóteles. Averroes es la latinización del nombre árabe de este hombre nacido en Córdoba en el año 1126. En realidad su nombre era Abū l-WalīdʾAḥmad ibn Muḥammad ibn Rušd, pero es mucho más sencillo para nosotros llamarlo Averroes. Fue importante en el contexto del mundo musulmán, porque trató con empeño de hacer compatibles las enseñanzas del Corán con la reflexión filosófica. Planteó que el alma estaba dividida en dos partes, una perecedera y otra eterna, y además coincidió con Aristóteles en que el Universo había existido siempre.

4- Santo Tomás de Aquino (1224-1274)

El filósofo medieval más importante es Santo Tomás de Aquino. No siguió presupuesto neoplatónicos como San Agustín o San Anselmo, sino que se dejó influir por el pensamiento de Aristóteles. Un primer punto interesante en la filosofía de Santo Tomás es la casación entre dos planteamientos aparentemente irreconciliables: Aristóteles decía que el Universo ha existido siempre y la Biblia dice que el Universo no ha existido siempre, sino que fue creado por Dios en un momento preciso. Ante este dilema, Santo Tomás propone que el Universo fue creado por Dios, pero que éste lo creó eterno. Durante toda su obra, Santo Tomás de Aquino defiende que la razón humana y la doctrina cristiana no entran nunca en conflicto porque no pueden entrar en conflicto, no se contradicen porque ambas han sido creadas por un mismo Creador. Además, defendió que el ser humano adquiere el conocimiento a través de los sentidos. Santo Tomás fue un gran ejemplo de perseverancia en la búsqueda de la tolerancia entre religión y filosofía, planteando siempre la posibilidad de que ambas disciplinas no se contradijeran.

5- Maestro Eckhart (1260-1328)

Seguidor del pensamiento de Santo Tomás, el Maestro Eckhart fue un teólogo alemán muy controvertido en su época. En sus famosos sermones planteaba que el mundo era eterno o que no era necesario pedir cosas a Dios. Su estilo místico solo le causó problemas: la implacable Inquisición lo procesó por herejía. El mismo año de su muerte, en 1328, la Iglesia decretó que la obra de Eckhart fuera leída en los ambientes universitarios. En 1886 los filósofos alemanes redescubrieron su pensamiento y en 1992 fue rehabilitado por el Vaticano.
6- Guillermo de Ockham (1288-1349)

Como su predecesor el Maestro Eckhart, el teólogo inglés Guillermo de Ockham tuvo sus problemas con la Iglesia. Fue excomulgado por sostener que el papa no tenía autoridad. Mantenía que los preceptos universales eran abstracciones 
derivadas de los individuos particulares, y por ello se le considera precursor del empirismo británico que inició John Locke trescientos años después. Es famoso por el principio de la Navaja de Ockham, que sostiene que la mejor explicación posible es siempre la más sencilla.

(Texto extraído, corregido y adaptado de Juan Pérez Ventura en vaventura.com) 

7- San Isidoro de Sevilla (560 – 636, España)

Se destacó como escritor, siendo uno de los autores más prolíficos de su generación, con obras que incluían desde tratados literarios, ficciones, biografías y cuestiones filosóficas.

Su obra más reconocida fue Etimologías, una enciclopedia en la que recorre la evolución del conocimiento desde la antigüedad pagana hasta el cristianismo de su presente.

Isidoro tuvo una gran influencia durante la Edad Media y el Renacimiento, sobre todo por sus concepciones sobre la historia y la filosofía. Huérfano desde pequeño, entendía que la conciencia y la voluntad del hombre pueden vencer las duras dificultades de la vida.

“Filosofía es el conocimiento de las cosas humanas y divinas junto con el deseo de una vida honesta”, fue una de sus tantas frases célebres.

8- Pedro Lombardo (1100-1160, Italia)

El Libro de la Sentencias, de Lobardo, es considerado la obra literaria más importante del cristianismo después de la Biblia.

El autor compiló en este libro, de cuatro tomos, fragmentos bíblicos, mezclados con leyendas de personajes de la Iglesia y pensadores medievales, sin dejar fuera a ninguna de las celebridades de la Edad Media.

9- San Buenaventura de Fidanza (1221 – 1274, Italia)

Nacido bajo el nombre de Juan, se hizo conocido como el “Doctor Seráfico” por sus textos sobre la fe y el amor a Jesús, en los que mantenía un encendido tono discursivo.

Erudito y dueño de una inteligencia destacada, se le criticaba su exceso de juicio que le impedían ser más profundo en sus análisis. Con una visión ontológica y mística, siguió las obras de San Tomé y Lombardo.
10- Juan Escoto Erígena (810 – 877, Irlanda)

Este filósofo se destacó por su explicación de la realidad mediante una metodología racional que contradecía el dualismo religioso basado en que Dios y el mundo son cuestiones diferentes

Además, Erígena rechaza la creencia cristiana de que el universo fuera creado de la nada y establecía a Dios como el punto más alto de toda la evolución.

11- Ramon Llull (1235-1315, España)

Es uno de los principales pensadores laicos de la Edad Media y fue quien comenzó a utilizar el idioma catalán en la escritura. Además, se le atribuye a Llull ser un visionario de las teorías sobre la gravedad y la memoria.

Pero sin dudas fue una aparición de Jesús lo que guió su obra. Dejó su familia y peregrinó hasta un monte, donde se recluyó en el estudio. “El amor nace del recuerdo, vive de la inteligencia y muere por olvido”, fue una de sus frases más celebres.

Su nombre es usado en escuelas, instituciones educativas y gubernamentales, y hasta un meteorito fue bautizado en su honor.

12- Avicena (980 – 1037, Persia)

Autor de 300 libros, es considerado uno de los médicos más importantes de la historia y es el inventor de la traqueotomía.

Escribió La Curación, descripta como la obra más grande (en dimensiones e importancia) producida por un solo hombre, y es el filósofo islámico más estudiado y analizado.

“El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios”, escribió.

Avicena es considerado también uno de los alquimistas más famosos de la historia.
13- Maimónides (1135 – 1204, España)

Fingió su conversión al islam pero siempre profesó el judaismo. Dio cobijo a su maestro Averroes hasta que finalmente emigró a Egipto, donde alcanzó el reconocimiento.

Su principal obra, Mishneh Torah, le valió el mote de Segundo Moisés, por su aporte a la evolución del judaísmo. Lo que también le costó numerosas críticas, incluso fue catalogado como hereje por algunos fanáticos tradicionales.

Se considera que su principal aporte filosófico fue intentar asentar la teología judaica sobre los principios de la razón aristotélica. “Es mejor y más satisfactorio liberar a mil culpables que condenar a muerte a un solo inocente”, escribió.

14- Jean Buridan (1300 – 1358, Francia)

Es famosos por ser quien desarrollo la paradoja:
Dios existe
Ni la proposición anterior ni esta son ciertas.
La conclusión final es que, necesariamente, Dios existe pero…

Es celebre por sus aporte al silogismo, la determinación natural y el dinero, y es el autor de la teoría del “asno de Buridan” (nombre que él nunca utilizó), que detalla la muerte de un animal entre dos montones de comida ante la falta de racionalidad.

15- Pedro Abelardo (1079 – 1142, Francia)

Dedicó su vida a la música, la poesía, la enseñanza y el debate, y es considerado uno de los genios de la lógica, siguiendo los preceptos de Boecio, Porfirio y Aristóteles.

Su misión teórica fue conciliar el realismo y el nominalismo. Además, expuso un controvertida idea en la que reclamaba que la fe estaba limitada por los principios racionales. Su filosofía crítica fue considerada de avanzada en la Edad Media.
16- John Duns Scoto (1266 – 1308, Escocia)

Basó su obra en tratar de comprobar la existencia de Dios y en construir un sistema filosófico sólido y coherente. Es el autor más reconocido de la filosofía escotista y el mayor racionalista de la Edad Media.

Utilizaba un hábil y complejo método de análisis, para defender la doctrina de la Inmaculada Concepción y encontrar pruebas rigurosas sobre la existencia de Dios, que le valieron el apodo de “Doctor Sutil”.   Su vida llegó al cine con la película La vida de Duns Scoto de Fernando Muraca.

17- Roger Bacon (1220 – 1292, Inglaterra)

El “Doctor Admirable”, es considerado el padre del empirismo, un teoría filosófica con foco en la experiencia, la percepción sensorial y el conocimiento.

Comenzó como difusor de la obra de Aristóteles pero luego fue uno de sus mayores críticos, desarrolló teorías en diferentes campos y sembró la Edad Media de nuevos conocimientos sobre el mundo.

El cráter lunar Baco, lleva ese nombre en su honor. Además, Bacon aparece en la novela El nombre de la rosa de Eco.

18- Roberto de Grosseteste (1175 – 1253, Reino Unido)

Uno de los precursores de la filosofía moderna, era erudito y logró llegar a la universidad gracias a la ayuda de sus amigos pues venía de una familia muy pobre.

Prolífico y dueño de una capacidad de análisis que sorprendía a sus pares, se destacó por sus aportes sobre la historia natural, el calor, el movimiento, el sonido, los colores, la luz, la presión atmosférica, el arco iris, el astrolabio, los cometas, la nigromancia, la brujería y la agricultura

Fue uno de los primeros en exponer una teoría sobre el multiuniverso y el Big Bang (no en la expresión actual), que se mantiene vigente hasta hoy.

19- San Bernardo de Claraval (1091 – 1153, Francia)

Su importancia tanto para la Iglesia Católica como para la arquitectura fue notable. Dentro de la religión fue uno de los grandes difusores de sus dogmas, mientras que en la arquitectura se lo conoce por ser el impulsor del estilo gótico.
Además, fue uno de los primeros filósofos en dar cuenta de los principios básicos de la mística, a la que consideraba como “cuerpo espiritual de la Iglesia católica”.

20- Thierry de Chartres (sin datos de su nacimiento – 1155, Francia)

Seguidor de Platón y Aristóteles, se basó en sus pensamientos para defender la existencia de Dios. 

Se destacó por sus escritos sobre el inicio del mundo y los cuatros elementos (aire, agua, fuego y tierra).

21- Juan de Salisbury (1120 – 1180, Inglaterra)

Una de las personalidades más influyente del siglo XII y uno de los principales representantes del humanismo medieval, se destacó por su visión organicista de la sociedad.

Comparaba las funciones sociales con las del cuerpo humano, en la que los pies eran los obreros, el ejercito estaba encarnado en las manos, el vientre era la administración, el corazón se relacionaba con el congreso y la cabeza era el príncipe.

22- Hugo de San Victor (1096 -1141, Alemania)

“Adopté la ciencia y la filosofía como la manera de acercarse a Dios”, dijo. Dueño de un vasto legado de escritos, se destacan sus obras sobre el conocimiento.

Para él existían diferentes tipo de conocimiento: teórico (como la teología, las matemáticas, la física o la música), práctico (la ética), mecánico y discursivo (retórica y dialéctica).
23- Al-Ghazali (1058 – 1111, Persia)

La historia de este filósofo es tan particular como su obra. Dejó todo tras una crisis de fe, se fue de su casa a meditar y vivir como un mendigo y regresó con El resurgimiento de las ciencias religiosas, considerada la obra más importante de la espiritualidad islámica y la más leída después del Corán.

“No es sabio aquel que, adquiriendo su conocimiento de cierto libro, se convierte en ignorante al olvidar el texto que aprendiera un día. El verdadero sabio es aquel que, por su propia voluntad y sin estudio o enseñanza, recibe de Dios su conocimiento”, es una de sus frases más célebres.

24- Chang Tsai (1020 – 1077, China)

Es el único filósofo chino de esta lista, pero su importancia fue central en la Edad Media e influyó a numerosos pensadores posteriores por ser uno de los fundadores del neoconfucianismo.

“Todo lo que existe en el universo se compone de primera materia, tsi, que posee la propiedad de movimiento y reposo. La naturaleza es la raíz y da origen a la razón”, decía Tsai.

25- Shánkara (788 – 820, India)

Fue el principal impulsor de la doctrina advaita, una rama no dualista del hinduismo. Este filósofo, muy influyente en el pensamiento oriental, creía en la unidad de las almas y la divinidad. 

26- Walafrido Strabo (808 – 849, Alemania)

Se le adjudica ser el autor de La Glossa ordinaria, que se publicó de manera anónima pero era uno de los libros centrales en todas las escuelas monásticas y episcopales.

Allí, Strabo recogió las explicaciones alegóricas medievales que se daban a los textos de la Biblia. Su nombre real era Walahfrid von der Reichenau, pero se lo apodó como Strabo por su estrabismo.

27- Marsilio de Padua (1275 – 1342, Italia)

Su importancia filosófica es central por su rol en la pelea entre el Papa y el Emperador, pero también por sus ideas políticas.

Convencido de que el ordenamiento estatal debía asegurar la paz y la tranquilidad para los ciudadanos, fueron sus conceptos sobre el poder legislativo (que para él pertenecía al pueblo) lo que lo destacó.
(Texto extraído, corregido y adaptado de lifeder.com)


Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf
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