En 711 el ejército de bereberes procedentes del norte de África bajo el mando de Tariq ibn Ziyad cruzó el estrecho de Gibraltar, venció al último rey visigodo e inició la conquista de la Península. Hacia 718 la Península había sido ocupada. La nobleza visigoda había pactado la sumisión y el pago de tributos a los invasores a cambio de la conservación de las tierras.
Las diferentes etapas
Entre 714 y 756 al-Ándalus fue un emirato dependiente de Damasco, gobernado por un valí y sumido en tensiones. La estabilidad comenzó con la llegada de Abd al-Rahman I, de la dinastía omeya, que convirtió la Península en un emirato independiente. Abd al-Rahman III declaró la independencia religiosa y proclamó el Califato de Córdoba, periodo de máximo esplendor andalusí.
En los inicios del siglo XI, la aristocracia, el ejército, y las ciudades empezaron a actuar de una forma disgregadora. El Califato fue lentamente descomponiéndose y desapareció hacia 1031, dividido en más de veinticinco reinos de taifas. La caída del Califato benefició a los reinos cristianos del norte. A finales del siglo XIII, sobrevivía solamente el Reino de Granada, que perduró hasta el fin de la presencia islámica en 1492.
Organización estatal
El Estado de al-Ándalus se organizó de una forma centralizada a partir del poder autocrático de los califas, la máxima autoridad de los creyentes. Los califas unieron poder espiritual y temporal, y ese poder se extendía a los ámbitos económicos, judiciales, militares y de política exterior. Dirigía la administración con la ayuda de un primer ministro (hachib) y nombraba a los valíes y a los cadíes. Las regiones fronterizas tenían un estatuto especial y el valí asumía atribuciones militares.
El territorio se dividía en una provincia inferior, en torno a Badajoz; una provincia media, alrededor de Toledo; y una provincia superior, con capital en Zaragoza. La expansión militar y el control de las fronteras exigieron la organización de un ejército. Los mandos del ejército eran en su mayoría árabes, y buena parte de los soldados eran mercenarios bereberes y esclavos.
Economía
La llegada de la civilización islámica a la península ibérica provocó importantes transformaciones económicas. De una economía esencialmente rural se pasó a una economía marcadamente urbana.
Uno de los lugares más importantes de la ciudad musulmana es el suq (zoco) o mercado. Los mercados conocieron un renacimiento en la península durante el periodo islámico. En ellos se realizaba el comercio de productos diversos, principalmente de los productos de metal y de otros productos de artesanía así como sedas, algodón o tejidos de lana. Algunos artículos de lujo producidos en al-Ándalus se exportaban a la Europa cristiana, al Magreb y hasta Oriente. Los talleres y tiendas donde se producían esos trabajos eran propiedad del Estado. Mālaqa, la actual Málaga, contaba con una importantísima industria alfarera, donde se cocían losas y ánforas ornamentales, la denominada loza dorada malagueña, que llegaron a tener gran reconocimiento en todo el mediterráneo.
En al-Ándalus también se recurrió con frecuencia a la esclavitud como fuente de mano de obra. A los esclavos se les solía apreciar diferentemente según su raza ya que a cada una se le atribuía una cualidad diferente para el trabajo.
Agricultura
El Estado musulmán aportó un desarrollo en la agricultura y al comercio. La producción agrícola mejoró gracias al regadío y a nuevas prácticas hortícolas. A la trilogía mediterránea se incorporaron nuevos productores y métodos intensivos de cultivo. Adquirieron importancia los productos frutales, las hortalizas y las plantas industriales. Fue una agricultura muy productiva, que generó excedente para el mercado urbano.
En las zonas secas surgió el cultivo del trigo y la cebada. Se siembran también habas y granos, que eran la base de la alimentación de la población. En períodos de baja producción se recurría a la importación de cereales del norte de África. Fue durante esta época que el cultivo del arroz se introdujo en la península, así como el de la berenjena, la alcachofa y la caña de azúcar. Los frutales ocupaban un área agrícola importante; Sintra era famosa por sus peras y manzanas. El actual Algarve se destacaba por la producción de higos y uvas. También destacaba la producción de miel y de vino. Aunque su consumo estaba prohibido por el islam, este se producía y consumía en grandes cantidades, al menos hasta la llegada de los almohades.
El fomento de la agricultura
Había que abastecer al príncipe con productos de la agricultura, y los labradores habían de ser protegidos en sus tareas. La ordenación de los personajes poderosos podrían aumentar las fortunas del pueblo, para así evitar el hambre.
Urbanismo
El Estado musulmán aportó un desarrollo en las ciudades, que fueron el centro de la vida económica, cultural y social. Se desarrolló la artesanía. El destino de los productos de la artesanía era el comercio interior y el exterior. Se importaron esclavos y materias primas de África, de Europa y de Oriente; y se exportaban productos manufacturados de lujo. La circulación de la moneda fue abundante, sobre todo porque la península era un centro de confluencia de las rutas comerciales africanas, europeas y orientales. La ciudad de Córdoba, la ciudad más importante de al-Ándalus cultural y económicamente, superó los 100.000 habitantes en el siglo X, y se convirtió en la mayor ciudad de Europa occidental.
Ganadería
Menor papel económico tendría la ganadería, destaca su importancia en la alimentación, el transporte y menor en las labores agrícolas. La cría de ganado era también una práctica común, en particular de ganado bovino y caprino. Asimismo, los conejos y las gallinas eran muy apreciados en la alimentación. Los musulmanes cruzaron los sistemas hidráulicos de los romanos con los de los visigodos y con las técnicas que trajeron de Oriente. A lo largo de los ríos construyeron molinos de agua y para sacar agua de los pozos introdujeron la noria y la picota.
Minería
No contó con un nivel técnico demasiado elevado, durante este periodo continúa la explotación de los yacimientos mineros de la península, como se hacía desde los tiempos de los romanos.La minería se revitalizó con respecto a la época visigoda: destacaron el hierro y el cobre, además del mercurio de Almadén (topónimo de origen árabe). El oro se extraía de algunos ríos, como el Segre, Guadalquivir o en la desembocadura del Tajo.[cita requerida] La plata se encontraba en Murcia, Beja y Córdoba, el hierro de Huelva y San Nicolás del Puerto. El gran yacimiento de cinabrio era Almadén, el cobre de Toledo y Granada, el plomo de Cabra y el estaño del Algarve.
Canteras de mármol se citan las de Macael y la de Sierra Morena, aunque seguía siendo deficitario al-Ándalus en materiales de construcción suntuario y había que importarlos.
Otras actividades
La abundante madera de los bosques se usaba para la fabricación de piezas de mobiliario y para la construcción naval y como combustible. En Alcácer do Sal esta actividad era intensa debido a la existencia de bosques en las proximidades. Citar también la recolección de plantas medicinales y aromáticas y frutos dedicados a la alimentación (castañas, avellanas...) o productos como el corcho.
La pesca y la extracción del sal eran propiciadas por la existencia de una larga línea costera. En cuanto a la pesca, se daba tanto pesca marítima como fluvial. Aunque el pescado no debió de tener un papel importante en la dieta. Las especies más capturadas eran la sardina y el atún, utilizándose para la captura de este último un tipo de red propia, denominada almadraba.
En cuanto a la sal se obtenía tanto de minas de sal gema en la región de Zaragoza como de salinas (lo más habitual) en las regiones de Alicante, Almería y Cádiz. Gracias a la sal se pudo desarrollar una importante industria de salazón que constituyó uno de los objetos de exportación.
La caza podía aportar también tanto carnes (conejos, perdices...), dedicado a abastecer los mercados urbanos, como pieles destinados a la industria peletera (zorro, nutria...) en zonas escasamente habitadas, situadas en la frontera septentrional. Aunque parece destacar más la caza a modo de diversión, se caza con aves de presa, siendo importante los tratados sobre el cuidado y adiestramiento de estas aves.
Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf
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