sábado, 21 de diciembre de 2019

(43) Fiestas, ferias y ocio

La Historia actual considera el estudio de las festividades así como de las costumbres y de las actividades realizadas en el tiempo de ocio como elemento esencial para conocer todos los planos de aquellos acontecimientos que ocurrieron en el pasado.

En este artículo nos centraremos en cómo los hombres y mujeres medievales organizaban su calendario de festividades, cómo lo disfrutaban y qué tradiciones imperaban.

Durante la Edad Media existieron fiestas religiosas- la mayoría- pero también muchas relacionadas con los ciclos agrarios - en una sociedad donde el calendario actual no existía y la tierra marcaba la vida de los habitantes rurales y urbanos-, aquellas propias de las cofradías y los gremios, asociaciones o hermandades, las organizadas por los señores y caballeros -destinadas a mostrar su poder y la fidelidad a la Corona- y otras provenientes de antiguas tradiciones locales practicadas desde tiempos inmemoriales.

Se ha calculado que, alrededor del siglo XIII, el número de días festivos, alcanzaba el tercio del total de días del año.

Cualquiera que fuese su origen, todas ellas eran momentos de socialización y creación de fuertes lazos además de suponer, en las mentes de los medievales, unos hitos que marcaban el sistema de ordenación del tiempo- como por ejemplo aquellas que daban la bienvenida a las estaciones-.

Como ha escrito Ladero Quesada:

"La Edad Media fue un periodo denso y creativo en la elaboración de fiestas, sobre todo en sus primeros siglos, cuando la Iglesia perfeccionó su calendario de celebraciones y lo combinó con los ritmos estacionales y con diversos elementos procedentes de las culturas pre cristianas que daban como resultado, fusiones de las que aún hoy somos partícipes."
El objetivo de las celebraciones son múltiples, estando relacionado con la naturaleza de las mismas: encontramos algunas fiestas que se celebran con el fin de agradecer las cosechas o la unión en matrimonio, otras van orientadas al desarrollo de destrezas y de la fortaleza física, mientras que un tercer grupo persigue un fin moralizador social, llegando a ser un canal de educación religiosa o cívica y como garante de la transmisión de sistemas culturales.

Fiestas religiosas

Hagamos un repaso por las principales fechas que en la Edad Media se celebraban fiestas directa o indirectamente relacionadas con lo religioso.

Navidad

Comenzando por la Navidad, diremos sobre éstas que son fiestas que se celebran desde los albores del cristianismo, coincidiendo con la aceptación de la religión. Así lo muestran las fuentes gracias a las que sabemos que días marcados en rojo como el 25 de diciembrr, el nacimiento de Jesucristo, se celebra desde el siglo VI.

Carnaval

Dando un salto hasta febrero, nos topamos con el Carnaval, festividad que aún hoy sigue provocando discusiones sobre su procedencia. En lo que sí parecen estar de acuerdo es en el carácter que durante la Edad Media adquirieron, modificadas y mezcladas junto a las celebraciones de todas las fiestas que anteriormente se producían en invierno como aquella dedicada a asegurar la fecundidad de la mujer (15 de febrero) o la que veneraba a las mujeres casadas (1 de marzo).

Si atendemos a su nombre, Carnaval significa también el inicio de la Cuaresma -que comienza el Miércoles de Ceniza-, tiempo de penitencia antes de la Semana Santa por lo que los días previos de Carnaval servían para comer alimentos o practicar actividades que se omitirían durante el siguiente periodo de la Cuaresma.

Semana Santa

La Cuaresma concluía con la Semana Santa, cuando se conmemora la muerte y resurrección de Cristo por medio de pasos, imágenes que se mostraban en las procesiones, manifestaciones que surgieron en las comunidades mediterráneas alrededor del siglo XV.
Fiestas familiares

Bautizos, bodas y funerales eran los motivos familiares de celebración más habituales. Eran actos que marcaban los tiempos de las persona y servían, al mismo tiempo, para reforzar los lazos familiares.

La celebración eran más grande cuan más alto subiésemos en la pirámide de población y cuanto más dinero poseyeran los padres de los novios. Desde el siglo XIII- nos cuenta Ladero Quesada- comenzó a haber regulaciones legales para limitar los gastos en banquetes, vestuario y otros aspectos de la fiesta, así se aseguraban que nadie ostentase a una celebración mayor de la que podía permitirse.

Respecto a las costumbres fúnebres, en lógico pensar que las desarrolladas hoy en día son sólo pequeñas variaciones de las realizadas en la Edad Media: el rito comenzaba con un velatorio donde estaban presenten las personas más cercanas al difunto, siendo el entierro, por cuestiones de salud pública, al día siguiente del fallecimiento. Los entierros que más llamaron la atención e incluso congregaban a millares de personas, eran aquellos de personas pertenecientes a la nobleza o la realeza, cuales contaban con una ofrenda y el acompañamiento del cuerpo hasta el lugar del entierro.

Fiestas no religiosas

El segundo gran tipo de fiestas eran aquellas políticas, momentos de ocio para el pueblo, sin adornos religiosos.
Celebraciones políticas

En este gran grupo podemos encontrar las celebraciones con motivo de la coronación de un nuevo monarca o la entrada de un rey o un noble victorioso en una ciudad, la que se engalanaba e invitaba a sus vecinos a estar presentes en el momento de la llegada, que era además una forma de mostrar la fidelidad del pueblo hacia su poder. Las celebraciones concluían con un glorioso banquete regado por vino en el sur de Europa, cerveza en el norte, bebida más consumida.

Torneos y Justas

Miniatura del  Codex Manesse (Siglo XIV) con una escena de Torneo MedievalOrganizado también por la corona encontramos los torneos, verdaderas demostraciones del papel del monarca como señor feudal de sus caballeros y como modelo de las cualidades caballerescas máximas, las cuales mostraban ante el público para buscar el reconocimiento y la gloria, como si de un famoso se tratase hoy en día. La forma en la que se desarrolla el torneo fue evolucionando con el tiempo: comenzaron en Francia con luchas entre grupos para terminar siendo disputas entre dos caballeros. Entorno a estos acontecimientos se formaba una fiesta donde se repartía comida, humor y todo tipo de actividades.

Espectáculo taurino en las Cantigas de Alfonso X el SabioLa importancia que tenían las justas o torneos derivaba del prestigio que en la sociedad feudal tenían los caballeros. Así lo demuestra por ejemplo otras actividades también dirigidas a ellos: la caza, la pesca o las corridas de toros, práctica común en el Medievo con la diferencia de que la lidia se producía desde un caballo, en plazas especialmente acondicionadas para ello, en las que sólo podían participar la clase alta que servía, entre otras cosas, para su entrenamiento.

En España este tipo de fiestas basadas en los grandes torneos y justas llegó con bastante retraso, cuajando sólo a finales del siglo XIII y especialmente en los dos siglos posteriores.
Ocio popular

Si de cultura hablamos, no podemos olvidar el papel de los juglares, poetas-cantantes que entretenían a las gentes, a mujeres y hombres, con sus espectáculos que realizaban en las calles de los pueblos y las ciudades.

Los primeros documentos que hablan de ellos han sido datados del siglo VII. Los temas preferidos por el público eran aquellos que hablaban de hazañas heroicas, amores imposibles y sutiles críticas que provocaban la risa de los espectadores.

No hay que confundir a los juglares con los trovadores. Si los juglares solían pertenecer al estamento popular de la sociedad, sus espectáculos de ocio y fiesta también solían ir dirigidos a las clases bajas de la época, tanto del entorno rural como urbano.

Por contra, los trovadores solían pertenecer a la nobleza y poseían una cultura que les permitía componer, recitar, cantar, incluso emplear instrumentos musicales, dirigiéndose a una audiencia más refinada. Sus actuaciones artísticas solían realizarse en interiores, bajo cubierto, en los palacios de la aristocracia.

Otras actividades de ocio y fiesta

Los momentos reservados para el ocio siempre casi siempre se vivían en el exterior de las humildes viviendas, en las calles, donde estaban los vecinos con los que se podían compartir.

Por diversas fuentes sabemos que los niños y jóvenes jugaban al Alquerque, juego a medio camino entre las Damas y las Tres en Raya. Numerosas galerías porticadas románicas castellanas tiene talladas en la piedra tableros de este juego. También practicaban la Chueca (parecido al hockey moderno) y diversos juegos de pelota.

Entre los adultos podía haber partidas de dados, naipes y según la época y la condición social hasta de ajedrez. También, como refleja la escultura románica, debía ser muy habitual juegos de competición de lucha tipo pancracio. En las villas o ciudades existían tabernas.
(Texto extraído y adaptado de arteguias.com (Ana Molina Reguilón)
La danza medieval

Las danzas medievales son relativamente mal conocidas, habiendo dejado pocas trazas escritas. Si algunas crónicas de la época hablan de ellas, ninguna las describe, de modo que hoy en día es casi imposible saber como eran danzadas.

A esta dificultad se añade el problema del desciframiento musical: la notación musical se hacía en esa época en un tetragrama de cuatro líneas (y no de 5 como hoy), lo que hace que la interpretación de las frases melódicas sean bastantes aleatorias.

Las primeras descripciones detalladas de baile en Europa datan de 1450 en Italia, después del comienzo del Renacimiento. Sin embargo, se sabe que el baile fue popular en Europa durante la Edad Media, ya que es representado en pinturas y miniaturas, y se describe en los textos.

Las formas de danza en la Edad Media incluían el carol y la estampie. El carol consiste en un círculo de bailarines cogidos de la mano, con los bailarines bailando mientras cantaban. Tanto el carol como la estampie son también formas musicales. La navideña carol (como forma musical) sobrevive hasta la época moderna.

Entre las danzas de las que se conserva el nombre hasta hoy, son de destacar:

Carol, término genérico.
Danza macabra (siglo XIII).
Estampie (siglo XIII).
Branle (siglo XIV).
Saltarello (siglo XIV).
Tresque (siglo XIV).
Baja danza (fin siglo XIV).
Tarantela (siglo XV)

(Texto extraído y adaptado de Wikipedia) 


Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf, arteguias.com (Ana Molina Reguilón)
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