domingo, 8 de diciembre de 2019

(24) La Peste negra o peste bubónica

La peste negra, peste bubónica o muerte negra fue una pandemia de peste que asoló Europa durante el siglo XIV y era transmitida por las pulgas transportadas por roedores (ratas, gerbilinos​, ardillas. Sin embargo, también se cree que la transmisión entre personas se produce por ectoparásitos humanos, como la pulga común o piojos del cuerpo. Se cree que la epidemia surgió en Asia central, desde donde pasó a ciudades italianas con gran actividad marítima como Génova, y de ahí a toda Europa. La peste negra acabó con más de un tercio de la población europea y con 45 a 60 millones de personas en todo el mundo. Estimaciones actuales cifran en unos 100 millones la cantidad de muertos totales de la pandemia en África, Asia y Europa, más del 20% de la población mundial de esa época.

Alcanzó su punto máximo entre 1346 y 1361. Diane Zahler estima que la mortalidad superó el tercio, quizás el 40 % de los europeos, o lo que es lo mismo, habrían muerto 20 de los 50 millones de habitantes europeos. Se estima que la misma fue causa de muerte de aproximadamente 45 a 50 millones de personas entre los primeros casos en Mongolia (1328) y los últimos en la Rusia Europea (1353). Esta enfermedad afectó devastadoramente Europa, China, India, Medio Oriente y el Norte de África. No afectó el África subsahariana ni al continente americano.
La teoría aceptada sobre el origen de la peste explica que fue un brote causado por una variante de la bacteria Yersinia pestis. Apareció hacia 1320 en el desierto de Gobi[13]​ y en 1331-1334 llegó a China, un año después de que grandes inundaciones devastaran extensas regiones del país, después de arrasar en 1330 Birmania, llegando a algunas regiones de la actual Rusia en 1338, a India en 1342 y a Europa en 1346. Según crónicas de 1353, desde 1331 murió un tercio de la población china; en efecto, entre esa fecha y 1393 su población cayó de 125 a 90 millones.]​ Es común que la palabra «peste» se utilice como sinónimo de «muerte negra», aun cuando aquella deriva del latín «pestis», es decir, «enfermedad» o «epidemia», y no del agente patógeno.

De acuerdo con el conocimiento actual, la pandemia irrumpió en primer lugar en Asia, para después llegar a Europa, a través de las rutas comerciales. Introducida por marinos, la epidemia dio comienzo en Mesina. Mientras que algunas áreas quedaron despobladas, otras estuvieron libres de la enfermedad o solo fueron ligeramente afectadas. En Florencia, solamente un quinto de sus pobladores sobrevivió. En el territorio actual de Alemania, se estima que uno de cada diez habitantes perdió la vida a causa de la peste negra. Hamburgo, Colonia y Bremen fueron las ciudades en donde una mayor proporción de la población murió. No obstante, el número de muertes en el este de Alemania fue mucho menor.

Las consecuencias sociales de la peste negra llegaron muy lejos; rápidamente se acusó a los judíos como los causantes de la epidemia por medio de la intoxicación y el envenenamiento de pozos. En consecuencia, en muchos lugares de Europa se iniciaron pogromos judíos y una extinción local de comunidades judías[cita requerida]. Aun cuando líderes espirituales o seculares trataron de impedir esta situación, la falta de autoridad debido a la agitación social, que a su vez era consecuencia de la gravedad de la epidemia, generalmente no les permitía a aquellos tener éxito.
HISTORIA

Escudo de Plagas: la muerte coronada como vencedora. 1607-37, Augsburgo, Alemania
La mayor pandemia del siglo XIV comenzó quizás en alguna parte del norte de la India, probablemente en las estepas de Asia central, desde donde fue llevada al oeste por los ejércitos mongoles. La peste llegó a Europa por la ruta de Crimea, donde la colonia genovesa de Caffa (actual Feodosia) fue asediada por los mongoles. La historia dice que los mongoles lanzaban con catapultas los cadáveres infectados dentro de la ciudad (si bien la enfermedad no se contrae por contacto con los muertos, y es más probable que las ratas que portan la infección la transmitieran dentro).

Los refugiados de Caffa llevaron después la peste a Mesina, Génova y Venecia alrededor de 1347/1348. Algunos barcos no llevaban a nadie vivo cuando alcanzaban las costas[cita requerida]. En 1347 sucedió una guerra entre el reino húngaro y el napolitano, puesto que el rey Luis I de Hungría reclamó el trono después del asesinato de su hermano Andrés, quien murió asesinado por su propia esposa, la reina Juana I de Nápoles. De esta forma, Luis condujo una campaña militar que coincidió con el estallido de la peste negra. Ante tanta muerte por la enfermedad, la campaña pronto tuvo que ser suspendida y los húngaros regresaron a casa, llevándose consigo varios de ellos la peste, cobrando vidas como la de la propia esposa del rey húngaro. Así, la peste se extendió desde Italia por Europa afectando a Francia, España e Inglaterra (en junio de 1348), Alemania, Hungría, Escandinavia y finalmente el noroeste de Rusia. Se considera que fue la causa de la muerte del entonces rey de Castilla Alfonso XI durante el sitio a Gibraltar en 1350.
CONSECUENCIAS

La información sobre la mortalidad varía ampliamente entre las fuentes, pero se estima que entre el 30 % y el 60 % de la población de Europa murió desde el comienzo del brote a mitad del siglo XIV. Aproximadamente 25 millones de muertes tuvieron lugar solo en Europa junto a otros 40 a 60 millones en África y Asia. Algunas localidades fueron totalmente despobladas, con los pocos supervivientes huyendo y expandiendo la enfermedad aún más lejos.

La gran pérdida de población trajo cambios económicos basados en el incremento de la movilidad social según la despoblación, esto erosionaba las obligaciones de los campesinos (ya debilitadas) a permanecer en sus tierras tradicionales. La peste provocó una contracción del área cultivada en Europa, lo que hizo descender profundamente la producción agraria. Esta caída llegó a ser de un 40 % en la zona norte de Italia, en el periodo comprendido entre 1340 y 1370.

La repentina escasez de mano de obra proporcionó un gran incentivo para la innovación que ayudó a traer el fin de la Edad Media. Algunos argumentan que causó el Renacimiento, a pesar de que el Renacimiento ocurriera en algunas zonas (tales como Italia) antes que en otras. A causa de la despoblación, sin embargo, los europeos supervivientes llegaron a ser los mayores consumidores de carne de una civilización anterior a la agricultura industrial.

La peste negra acabó con un tercio de la población de Europa y se repitió en sucesivas oleadas hasta 1490, llegando finalmente a matar a unos 25 millones de personas. No obstante, ninguno de los brotes posteriores alcanzó la gravedad de la epidemia de 1348.
Al margen del análisis de sus causas obvias, tales como la presencia del bacilo Yersinia pestis, los historiadores han buscado, desde diversas perspectivas, el significado de este gran acontecimiento. Corrientes herederas del marxismo y estudiosos como Guy Bois atribuyen a esta epidemia el papel de demostración de la crisis del sistema feudal. Sin embargo, también murieron muchísimos representantes de la nobleza. Reyes como Alfonso XI de Castilla o Juana II de Navarra murieron de peste negra, así como las reinas Leonor de Portugal, esposa de Pedro IV de Aragón, Margarita de Luxemburgo, esposa de Luis I de Hungría, y Felipa de Lancaster, esposa de Juan I de Portugal; lo que contradice la teoría de Guy Bois, ya que no era la pobreza el ámbito exclusivo donde atacaba la peste, sino que nadie estaba a salvo.

Así, el gran crecimiento demográfico que el mundo feudal había vivido durante la Plena Edad Media había puesto en cultivo tierras cada vez de menor calidad y de bajo rendimiento, lo que provocó una paulatina caída de la productividad y una creciente malnutrición. En este contexto llegó un bacilo que en otra situación habría sido recibido con fuertes defensas fisiológicas y no habría provocado gran mortandad, pero que esta vez encontró un sistema inmunitario debilitado.
El principal medio de contagio de la peste eran las picaduras de las pulgas. Pese a que es difícil constatarlo con una enfermedad que afectó a tantas personas de todo tipo y condición, sí que parece que determinadas profesiones estaban más expuestas a padecer peste, siendo más peligroso ser comerciante de paños (las pulgas se esconden entre los tejidos) que, por ejemplo, herrero. De hecho, pronto se dieron cuenta del peligro de las vestiduras, y entre las primeras medidas que se tomaron en Europa para evitar el contagio fue la de quemar la ropa de los infectados y prohibir la entrada de cargamentos de tejidos en las ciudades. Incluso en algunas ciudades se permitía la entrada al viajero solo después de haberse deshecho de las ropas que traía puestas, cambiadas por otras «seguras» prestadas por la propia ciudad.


Fuentes: Wikipedia, Afm Elierf
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